La memoria histórica nace y ve su auge en la segunda mitad del siglo pasado, pues finalizada la Segunda gran guerra, se conocen los hechos atroces que ocurrieron con los campos de concentración y exterminio. El horror, para ese momento ha alcanzado su máximo esplendor, a través de una violencia racionalizada. Para Reyes Mate (2011), en el Holocausto tiene lugar lo impensable y eso, precisamente, es lo que permite repensar el presente, siendo este el fundamento de la memoria histórica.
De igual manera, este autor expone que con la memoria histórica se busca hacer justicia al pasado donde la barbarie tuvo lugar y se cometieron tantos crímenes. Por ello, las víctimas adquieren un lugar central en la discusión, pues es a ellas a quienes se debe justicia y son ellas quienes exigen la
no repetición de los hechos atroces. Así, Reyes Mate (2012) señala la necesidad de hacer frente a los daños causados, dando voz a las víctimas, dado que, antes del Holocausto, la historia sólo había sido contada por los vencedores. Entonces, la memoria histórica busca que sea la “mirada de los vencidos”
la que prime.
En este orden de ideas, desde el CNMH (2009) y la Ley de víctimas 1448 de 2011, se sostiene que la memoria histórica está directamente relacionada con la voz de las víctimas y la no repetición de eventos de guerra. Es decir que en el proceso de posacuerdo, las víctimas del conflicto armado se encuentran en el centro de toda reflexión. Adicionalmente, se contempla el abordaje de la memoria histórica, pues es precisamente con esta Ley, con la cual se da entrada a la reflexión de los impactos
del conflicto armado interno y la construcción de paz en los escenarios educativos.
Asimismo, la escuela es uno de los escenarios cotidianos de las niñas, niños y adolescentes que se han visto mayormente afectados por los actores armados; escenarios donde se ha normalizado la violencia y se han perpetrado hechos atroces. Por esta razón, se hace necesario reivindicar el papel de
la escuela como un agente “capaz de generar procesos de emancipación del pensamiento” (Coalico, 2017), donde se propague el ejercicio de la libertad por medio de la crítica y la diversidad de ideas.